sábado, 21 de agosto de 2010
viernes, 20 de agosto de 2010
James Turrell
``En primer lugar, no me ocupo de ningún objeto. El objeto es la percepción misma. En segundo lugar, no me ocupo de ninguna imagen, porque quiero evitar el pensamiento simbólico asociativo. En tercer lugar, tampoco me ocupo de ningún objetivo ni de ningún punto en especial donde mirar. Sin objeto, sin imagen y sin objetivo, ¿qué es lo que miras? Te miras a ti mirando.´´
martes, 10 de agosto de 2010
A.
Lo único que buscamos todos en la vida, es ver a la persona que queremos cuando abrimos los ojos por la mañana. Yo no busco nada raro, sólo alguien que me extrañe aunque hayamos pasado todo un día juntos, alguien que se ponga nervioso al verme, que no se aburra
de mis charlas aunque pasemos cinco horas en el teléfono, ...que se alegre de escucharme. Alguien que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, por muy largo que sea. Alguien a quien pueda besar por un simple impulso sin sentirme atrevida. No me importan los regalos, las cenas ni las flores, mientras él demuestre que me quiere, me conformo con saber que conmigo es donde más le gustaria estar siempre. Y si estuvieras aquí, nada me gustaria más que vivir todo contigo. Y que conozcas todas y cada una de mis sonrisas, alguien que sólo por mí dé todo, que elija quedarse conmigo aunque tenga otros planes, que sienta que antes de mi, ninguna otra existió, que sus amigos se cansen de escuchar mi nombre, que escriba las cartas más bonitas del mundo entero aunque tenga la letra fea y sean de dos renglones. Que él piense en mí, mucho más de lo que lo acepta, que sienta que se cae el mundo si discutimos y me abrace tirando su orgullo a la basura. Alguien que me haga reir hasta llorar, y me haga reir cuando no puedo parar de llorar. Que me diga que todas esas canciones de amor le recuerdan a mí, aunque sea mentira, que me diga que estoy guapa, aunque no esté del todo despierta, que me diga que tengo los ojos más bonitos, aunque sean iguales a todos los demás, que le encante mi pelo, aunque siempre esté enredado, alguien que me haga sentir la chica más afortunada del universo, solo por el hecho de tenerlo a él.
de mis charlas aunque pasemos cinco horas en el teléfono, ...que se alegre de escucharme. Alguien que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, por muy largo que sea. Alguien a quien pueda besar por un simple impulso sin sentirme atrevida. No me importan los regalos, las cenas ni las flores, mientras él demuestre que me quiere, me conformo con saber que conmigo es donde más le gustaria estar siempre. Y si estuvieras aquí, nada me gustaria más que vivir todo contigo. Y que conozcas todas y cada una de mis sonrisas, alguien que sólo por mí dé todo, que elija quedarse conmigo aunque tenga otros planes, que sienta que antes de mi, ninguna otra existió, que sus amigos se cansen de escuchar mi nombre, que escriba las cartas más bonitas del mundo entero aunque tenga la letra fea y sean de dos renglones. Que él piense en mí, mucho más de lo que lo acepta, que sienta que se cae el mundo si discutimos y me abrace tirando su orgullo a la basura. Alguien que me haga reir hasta llorar, y me haga reir cuando no puedo parar de llorar. Que me diga que todas esas canciones de amor le recuerdan a mí, aunque sea mentira, que me diga que estoy guapa, aunque no esté del todo despierta, que me diga que tengo los ojos más bonitos, aunque sean iguales a todos los demás, que le encante mi pelo, aunque siempre esté enredado, alguien que me haga sentir la chica más afortunada del universo, solo por el hecho de tenerlo a él.
jueves, 24 de junio de 2010
gota a gota.
La vida es una gota de lluvia, tan simple, corta y minúscula. Esta llena de partículas a las cuales nosotros llamamos momentos. Estos, tenemos que atraparlos porque no van a repetirse, no van a haber otros iguales, y por eso tenemos que capturarlos porque son las pequeñas cosas que nos van a hacer realmente felices. Porque si te confundes siempre podrás arreglarlo y capturar otros que te hagan aunque sea por un momento completamente felices. El amor es uno de esos momentos pero que dentro de la gota de agua se encuentra como una estrella fugaz. Pasa lo suficientemente rápido como para no enterarse pero si eres capaz de capturarlo; por siempre tendrás la alegría mas perfecta y te parecerá que esa simple gota de agua se ha convertido, aunque sea por momentos, en un inmenso océano que gira en torno a dos. Y si lo captas pero piensas que es tarde es la única partícula que si luchas y te empleas a fondo eres capaz de hacer que vuelva a pasar delante tuya y poder atraparla con seguridad. La vida, realmente, es una gota de agua que se va consumiendo poco a poco con el paso del tiempo; pero también es una gota de agua que puedes hacer que sea lo más perfecto de toda tu vida. Tan solo atrapa los momentos, no los dejes escapar; y sobretodo dalo todo en estos porque no vas a tener otra gota para poder hacerlo. Porque la gota se puede consumir mañana por lo que hoy y cada día atrápalos, disfrútalos y entrégate a fondo.
viernes, 4 de junio de 2010
3S.
A veces, cuando estamos mal, necesitamos buscar algun método por el cual volver a remontar cabeza y no sin embargo como muchos dejar pasar el tiempo e ir remontando poco a poco.
Yo sin embargo, he encontrado un método que me sirve no solo para evadirme, sino tambien para sentirme bien conmigo misma, y estar rodeada de la gente que me gusta, eso es el skate, un deporte del que la gente no tiene una buena visión ya sea porque lo ven demasiado suburvioso, o tal vez de personas poco decentes; pues no, el skate no es nada de eso, en este mundo cada uno va a su rollo haciendo loq eu le apetece en cada momento, lo que hace sentir una gran libertad, transformandose mas tarde en una liberación de la vida cotidiana de la cual muchos agradecerian. En estos últimos años, mi visión sobre este deporte cada vez más extendido en el mundo es muy diferente de la que tenía al principio. Pasando de ser un mundillo un tanto downtown, a un deporte bastante duro y sofisticado, creando asi una especie de dependencia hacia él, ya que para notar las evoluciones hay que ir dia tras dia machacando, y ser muy constante practicandolo.
Todos al principio tuvimos caidas , pero nos supimos levantar y seguir, por eso guarda un parecido respecto a la vida, en ella hay momentos mejores y otros no demasiado buenos, y es a base de caídas, al fin y al cabo, de lo que aprendemos para poder seguir adelante,levantarnos; el skate, viene a ser lo mismo, probar un truco un dia y no te sale, es decir, caída;al dia sigueinte tampoco,otra caída, y si de verdad uno quiere seguir hacia adelante, tendrá que seguir esforzandose y al final ese truco acabará saliendo. lo que hace seguir adelante.
Por eso es una manera bastante facil de remontar cabeza cuando un@ no está pasando por sus mejores momentos, hoy el skate es ya parte de mi vida.
pensando un poco
El que viene de frente, el que te pasa al lado, la chica del coche de atrás, los de aquel banco, esa señora que ves en el portal, esa chica o ese chico que te vuelve idiota y ni siquiera sabes su nombre, esa fea, ese freak...Todo gira entorno al resto del mundo, en pensar con quién dejará de ir o de venir, de acostarse o de hacerlo en un coche, quien lo esperará en casa o si vive rodeada de gatos, si tiene amigos o si su vida es un fracaso. No, no piensen en que si a quien sea la vida le va fatal, tú estarás mejor que él, la vida de los demás no debería ser un placebo, y nosostros sentirnos mejor, superar taras y defectos personales saltando por encima de los disgustos ajenos. Damas, caballeros, por favor bajémonos los pantalones seamos realistas, abranse el pecho y saquensé el corazón, investiguen dentro de ustedes mismos, indaguemos en nuestra mente y nuestras personalidades y verán, que todos , absolutamente todos somos iguales por dentro
lunes, 1 de marzo de 2010
bla.bla.bla...
Palabras, palabras que mienten palabras que hieren, palabras que callan, palabras que marcan una diferencia o que no significan nada, palabras que olvidas o que nunca se borran, palabras que gritas, palabras que lloran.
Letras amontonadas, carentes de un sentido por sí solas y tan armoniosamente crueles en conjunto. Una tras otra, dibujando retales de ideas.
Nada importa, a fin de cuentas, son sólo palabras.
bla bla bla!
tequiero lu.
No digas todo lo que sabes,no hagas todo lo que puedes, no creas todo lo que oyes, no gastes todo lo que tienes,
porque...
el que dice todo lo que sabe, el que hace todo lo que puede, el que cree todo lo que oye, el que gasta todo lo que tiene,
muchas veces....
dice lo que no conviene, hace lo que no debe, juzga lo que no ve y gasta lo que no puede.
porque...
el que dice todo lo que sabe, el que hace todo lo que puede, el que cree todo lo que oye, el que gasta todo lo que tiene,
muchas veces....
dice lo que no conviene, hace lo que no debe, juzga lo que no ve y gasta lo que no puede.
#!
Egoísta, porque primero estás tú, luego tú y después tú. Mentiroso, porque mientes más que hablas. Infantil, por quererlo todo, todo y nada. Orgulloso, porque en el fondo tienes miedo. Rencoroso, porque eres así y punto. Vulnerable, porque todo te molesta. Falso, porque no se puede ir de kamikaze y llevar el casco puesto. Cobarde, porque ya no tienes cojones para quitártelo. Conformista, porque así es más fácil. Ingenuo, porque ojos que no ven. Gilipollas, por querer tirar las cenizas de donde no hubo fuego.
sábado, 6 de febrero de 2010
Te quiero. ¿Te quiero? ¡Te quiero!
Una conocida coétanea me comentaba hoy uno de sus escarceos "amorosos" camino a casa, bajo un Sol abrasador, a eso de las tres de la tarde. Charlábamos animadamente: la jornada fútil que habíamos desperdiciado entre esos cuatro muros escolares, el tiempo que en pleno febrero se asemeja a una de esas mañanas estivales dónde un vestido de tirantes es tu compañía a lo largo de todo el día (en la noche, coincidíamos en que aún debería de ser más escueta, sino nula, la indumentaria) y demás banalidades juveniles de colegialas.
Algo nos llevó a dar un giro a nuestra conversación y ella comenzó a relatar cuando en un apasionado beso con un no -tan- apasionado partenaire, este le espetó un "te quiero" que la joven, en absoluto interesada sentimentalmente por él, no supo como encajar. Me decía que ella permaneció en silencio como si aquellas palabras fuesen tan sólo una respiración más fuerte de lo normal o el silbido del viento (cosa que hubiese preferido sin dudar) Ante su mutismo él volvió a insistir, ella siguió en su linea indiferente y ahí terminó todo. Se quejaba mi compañera de lo inoportuno que había sido aquel "te quiero" y de lo incómoda que la había hecho sentir y culminó su discurso con la frase: "¿Por qué los hombres siempre tienen que romper la magia con cosas como esa?"
A lo que una, que llevaba horas perdida en sus acostumbradas divagaciones, respondió: Verás camarada, el problema aquí no fueron esas dos palabrejas, sino la boca que las esculpió en el silencio. Apuesto a que hubieses bebido los vientos porque otro-que-yo-me-sé las hubiese pronunciado en ese mismo contexto (o en otro cualquiera, ¡qué diablos!) Si bien es cierto que a nadie le gustan esos agobiantes amantes que abusan, ridiculizan y desprestigian tan hermoso enunciado oracional, a todos, sin excepción, nos gusta oír algún que otro te quiero y más aún, si procede de esa boca que nos hace suspirar y esbozar estúpidas sonrisas durante horas (¡ah, l´amour nous rend sots!) Y no sólo eso, sino que cuanto más se hace de rogar ese hechizante gesto más se nos sobresalta el alma cuando nos sentimos la diana de todos esos dardos teñidos de rosa (y empapados en curare) Cuando estamos acostumbrados a un cariñoso "que te peten" nocturno, el día en el que se cuelan esas ocho intrusas letras en la conversación nos sentimos presas de un mágico baile nervioso que culmina en una brillante y cálida sonrisa y un ego tan enorme que no cabe en nuestro lecho. ¿O no es así, querida?
Y todas estas ideas comenzaron a fragmentarse y reagruparse en mi mente como si estuviesen metidas en un enorme "kalós éidos scopéo" dibujando anti mí hermosas e ininteligibles figuras, todo esto para terminar con una ridícula conclusión: "te quiero" no es un verbo que pueda conjugarse.
Hay "te quieros" que echaba de menos y he recuperado, hay "te quieros" que me sobrecogían y han desaparecido, también los hay que nunca me han dicho ni me dirán nada; en esta pequeña gran colección, hay "te quieros" de todas las formas, colores y sabores. "Te quieros" recién adquiridos y soprendentemente necesitados y dulces, "te quieros" que digo y necesito gritar. Y luego, están todos aquellos que aún no han sido dichos, los que se traducen en simples "Eres fantástico" o "Un beso" o incluso aquellos que se escriben implícitos en la palabra "susurro". Hay "te quieros" tan esperados que cualquier otra palabra medianamente amable podrá hacernos estrujar nuestro ingénio para buscar en ella el más mínimo vestigio de un amor mudo.
En fín, la próxima persona que vuelva a decirme un "te quiero" patético, ridículo y falso puede olvidarse de mi nombre. Si alguien trata de pervertir esta sencilla declaración, yo no pienso ser cómplice del asesinato de un sentido que jamás debiera banalizarse.
Y entre tanto, yo me muerdo la lengua hasta sangrar pero sin poderlo evitar,como bien cantaba Frank: "and then I go and spoil it all, by saying something stupid like I Love You"
Juro, juro y perjuro por mí y por todos mis compañeros que este texto no ha sido extraído de una patética revista para adolescentes ñoñas y hormonadas.
En realidad, "te quiero" no es un verbo, pero SÍ puede conjugarse.
Una conocida coétanea me comentaba hoy uno de sus escarceos "amorosos" camino a casa, bajo un Sol abrasador, a eso de las tres de la tarde. Charlábamos animadamente: la jornada fútil que habíamos desperdiciado entre esos cuatro muros escolares, el tiempo que en pleno febrero se asemeja a una de esas mañanas estivales dónde un vestido de tirantes es tu compañía a lo largo de todo el día (en la noche, coincidíamos en que aún debería de ser más escueta, sino nula, la indumentaria) y demás banalidades juveniles de colegialas.
Algo nos llevó a dar un giro a nuestra conversación y ella comenzó a relatar cuando en un apasionado beso con un no -tan- apasionado partenaire, este le espetó un "te quiero" que la joven, en absoluto interesada sentimentalmente por él, no supo como encajar. Me decía que ella permaneció en silencio como si aquellas palabras fuesen tan sólo una respiración más fuerte de lo normal o el silbido del viento (cosa que hubiese preferido sin dudar) Ante su mutismo él volvió a insistir, ella siguió en su linea indiferente y ahí terminó todo. Se quejaba mi compañera de lo inoportuno que había sido aquel "te quiero" y de lo incómoda que la había hecho sentir y culminó su discurso con la frase: "¿Por qué los hombres siempre tienen que romper la magia con cosas como esa?"
A lo que una, que llevaba horas perdida en sus acostumbradas divagaciones, respondió: Verás camarada, el problema aquí no fueron esas dos palabrejas, sino la boca que las esculpió en el silencio. Apuesto a que hubieses bebido los vientos porque otro-que-yo-me-sé las hubiese pronunciado en ese mismo contexto (o en otro cualquiera, ¡qué diablos!) Si bien es cierto que a nadie le gustan esos agobiantes amantes que abusan, ridiculizan y desprestigian tan hermoso enunciado oracional, a todos, sin excepción, nos gusta oír algún que otro te quiero y más aún, si procede de esa boca que nos hace suspirar y esbozar estúpidas sonrisas durante horas (¡ah, l´amour nous rend sots!) Y no sólo eso, sino que cuanto más se hace de rogar ese hechizante gesto más se nos sobresalta el alma cuando nos sentimos la diana de todos esos dardos teñidos de rosa (y empapados en curare) Cuando estamos acostumbrados a un cariñoso "que te peten" nocturno, el día en el que se cuelan esas ocho intrusas letras en la conversación nos sentimos presas de un mágico baile nervioso que culmina en una brillante y cálida sonrisa y un ego tan enorme que no cabe en nuestro lecho. ¿O no es así, querida?
Y todas estas ideas comenzaron a fragmentarse y reagruparse en mi mente como si estuviesen metidas en un enorme "kalós éidos scopéo" dibujando anti mí hermosas e ininteligibles figuras, todo esto para terminar con una ridícula conclusión: "te quiero" no es un verbo que pueda conjugarse.
Hay "te quieros" que echaba de menos y he recuperado, hay "te quieros" que me sobrecogían y han desaparecido, también los hay que nunca me han dicho ni me dirán nada; en esta pequeña gran colección, hay "te quieros" de todas las formas, colores y sabores. "Te quieros" recién adquiridos y soprendentemente necesitados y dulces, "te quieros" que digo y necesito gritar. Y luego, están todos aquellos que aún no han sido dichos, los que se traducen en simples "Eres fantástico" o "Un beso" o incluso aquellos que se escriben implícitos en la palabra "susurro". Hay "te quieros" tan esperados que cualquier otra palabra medianamente amable podrá hacernos estrujar nuestro ingénio para buscar en ella el más mínimo vestigio de un amor mudo.
En fín, la próxima persona que vuelva a decirme un "te quiero" patético, ridículo y falso puede olvidarse de mi nombre. Si alguien trata de pervertir esta sencilla declaración, yo no pienso ser cómplice del asesinato de un sentido que jamás debiera banalizarse.
Y entre tanto, yo me muerdo la lengua hasta sangrar pero sin poderlo evitar,como bien cantaba Frank: "and then I go and spoil it all, by saying something stupid like I Love You"
Juro, juro y perjuro por mí y por todos mis compañeros que este texto no ha sido extraído de una patética revista para adolescentes ñoñas y hormonadas.
En realidad, "te quiero" no es un verbo, pero SÍ puede conjugarse.
domingo, 24 de enero de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)