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Egoísta, porque primero estás tú, luego tú y después tú. Mentiroso, porque mientes más que hablas. Infantil, por quererlo todo, todo y nada. Orgulloso, porque en el fondo tienes miedo. Rencoroso, porque eres así y punto. Vulnerable, porque todo te molesta. Falso, porque no se puede ir de kamikaze y llevar el casco puesto. Cobarde, porque ya no tienes cojones para quitártelo. Conformista, porque así es más fácil. Ingenuo, porque ojos que no ven. Gilipollas, por querer tirar las cenizas de donde no hubo fuego.