miércoles, 19 de agosto de 2009

No lo puedo asimilar..


9 de Octubre, Nueva York, 7:00h.
Me levante con el pelo completamente alborotado, pues me quede dormida con el moño del día anterior.
Agarre aquel vestido de Chanel, que únicamente me lo ponía para los días especiales, y hoy era uno de esos días.
Cogí los " Manolo" de color grisáceos, las llaves de mi loft y la gabardina gris de invierno, pues había comenzado el mal tiempo.
Nada mas bajar a la calle, alce la mano y un taxi apareció de repente de la nada. Seria porque le pagaba mensualmente para que me recogiese entre las 7:30 y las 9:00.
-A "Columbus Circle", por favor- rebusque en el bolso mi liosa agenda. Aquella Angelica que conocisteis hace dos años ha cambiado bastante en algunos aspectos.
Observe que todavía me faltaba comprar algunas cosillas, y también tenia que recargar mi tarjeta platino, pues la había fundido.
El taxista parecía haberse arreglado para la ocasión también, aunque el fuese un simple chofer. Todos los adornos que a diario colgaban de las ventanas y espejos del coche, habían desaparecido. La tapicería había sido limpiada, al igual que las alfombras.
Con todo esto, llegamos a tiempo. El taxista abrió mi puerta, como si yo fuera famosa o algo asi, pero no.
Camine un poco hasta llegar al " Trump Tower Hotel" donde se celebraba el aniversario de la revista mas prestigiosa de toda Nueva York, " Runway", para la que por cierto, trabajaba yo.
Resulta, que yo soy una artistucha de capa caída, que intenta alcanzar la cima de la resbalosa pirámide de la moda. Si, en efecto, así soy yo.
Pero por supuesto he llegado a realizar trabajillos en el terreno de la moda. Por ejemplo, el año pasado diseñe unas bragas sintéticas, pero no tuvieron mucha aprobación.
También he realizado algunos caminillos como modelo, y realizo numerosos anuncios de prestigiosas marca y algún que otro spot publicitario.
La fiesta estaba llena de gente famosa, de la talla de Michael Douglas, acompañado por su esposa Catherine Zeta-Jones, hasta Julia Roberts y Angelina Jolie.
Llegue hasta el estrado donde se encontraba la Sra Friden, actual directora. Su aspecto era arreglado y elegante, con su largo pelo de color dorado recogido en un sencillo moño.
-¡ Hola ! ¡ Me alegra verte de nuevo!- lo dudo :s
-Si, desaparecí durante un tiempo por asuntos personales. Pero ya estoy de vuelta, para retomar el trabajo.
-Emmm...Esto...Angelica - me llevo detrás de una columna donde nadie escuchaba- Resulta, que al marcharte, no podía dejar una plaza vacante, y menos en un puesto tan importante como el tuyo. Así que yo y los coordinadores de la revista, decidimos sustituirte por Sibyl.
-¡¿ Me esta despidiendo ?!- no podía disimular aquella mueca de incredulidad ante los nuevos hechos.
-Visto de ese modo...Si- las directoras de revistas neoyorquinas, se caracterizaban por su extremada sinceridad y por su inmenso poder para hacerte sentir como una pequeña cucaracha sin vida y ridiculizada.
-Pero no puede despedirme, me marche, como ya le he dicho, por motivos personales- cada vez estaba mas cabreada, tanto que si no fuera por mi reputación, le habría metido un ostiazo en toda la boca( quizás exagero un poco)
- Cariño, todo el mundo tenemos problemas personales, pero los solucionamos. Esta claro que tu trabajo no esta en " Runway", puesto que no puedes solucionar ni tus propios asuntos- me echo una mirada por encima del hombro- Si me disculpas tengo que saludar a nuestros invitados...Opps... Lo siento, quería decir " mis" invitados.
Se perdió entre el barullo de gente, y no la volví a ver en toda la noche.
Salí del edificio, y me senté en los escalones de la puerta principal, cuando de repente comenzó a llover. Pero no me importaba estropear mi elaborado peinado, o arruinar las dos horas de pedicura del día anterior. No había nada mejor para despejarse, que una lluvia fría.
Me quite los tacones y comencé a andar por la calle, bordeando " Central Park".
Cuando llegue al edificio de mi apartamento, el portero se quedo con la boca abierta, acostumbrado a otro tipo de aspecto sobre mi.
Entre en el ascensor y le dije de lejos:
-Una larga historia...

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